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En comparación con Sumatra Java ha sido un paseo dominical hecho con bici de paseo y chancletas. A pesar de tener 120 millones de habitantes y un tráfico pesado brutal no hay muchas carreteras así que las alternativas son pocas. Evidentemente elegí la alternativa llana, huyendo de la montaña a toda costa. Los únicos dos enemigos son los millones de coches, camiones y sobretodo autobuseros hijoputas y el fuerte viento en contra. El viento sopla de este a oeste así que si vienes de Bali coloca una sábana a la bici a modo de vela y volarás.
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Como ya he comentado el terreno es bastante llano así que las pocas cuestas que hay las omito. De Jakarta a Cirebon hay doble vía pero los autobuses te pasan a 1 mm igualmente. Después la carretera se bifurca, si vas por la costa es aún más llana pero hay más tráfico pesado. Si vas hacia el sur dirección Yogyakarta no te librarás del tráfico ya que ahora solo hay una vía así que hay efecto embudo. Aún así tienes el consuelo que vayas por donde vayas habrá muchísimo tráfico. Acabarás las jornadas negro de la contaminación y el humo que te tragarás. A la altura de Probolinggo suelen soplar fortísimos vientos este-oeste aunque para mí no fueron los peores días. No hay novedades hasta Ketapang, que es donde se coge el ferry que por 9.000 IDR (0,8 €) te llevará a Bali.
La gente no agobia. Hay comida por doquier, mejor y más barata que en Sumatra. Agua y tiendas por cada esquina y estaciones de servicio Pertamina frecuentemente.
Java es una isla muy cómoda para ciclar, teniendo en cuenta que el tráfico es de los más intensos que he conocido en el viaje, solo equiparables a la India. Pero aún así hay cierto orden dentro del desorden.
