El inicio del Ramadán me pilló en Sumatra y maldije mi suerte porque si encontar comida a veces no era fácil, con el Ramadán iba a ser aún más difícil. Podía cocinar pero me daba por saco tener que hacerlo por ese motivo. La cosa es que aunque a veces costaba, siempre se encontraba algún garito que a "escondidas" y sin que se viera desde fuera, servía comida. Entraba a pedir arroz y me daba la impresión que entraba a comprar droga. Muchas veces cuando paraba en alguno de los muchos locales familiares que venden noodles fritos (fáciles de cocinar) me hacían pasar dentro para que nadie desde fuera viera que estaba comiendo. Dentro de las casas las gentes comían y los garitos "clandestinos" siempre estaban llenos. En el Ramadán supuestamente no se puede fumar. En Sumatra esta prohibición es demasiado difícil de cumplir y por supuesto nadie la respetaba. Tampoco en Java, aunque en Java se fuma mucho menos. En Sumatra una vez me llamaron la atención por comer en la calle unas galletas pero el resto de las veces nunca me dijeron nada. Yo por supuesto comía donde y cuando quería, no se trata de una falta de respeto hacia ellos, considero que es al revés si tratan de obligarme a cumplir SU Ramadán. Mientras no me tocaran la comida y pudiera conseguirla el pelotón se mantuvo neutral y con el hacha de guerra enterrada.
Mucha gente pasa del Ramadán, lo cual me gusta. Me hacía gracias a veces cómo se justificaban cuando les veía incumplirlo y les vacilaba. Un día había dos hombres fumando como carreteros y comiendo. Les pregunté si ellos eran musulmanes y me dijeron que sí. Les pregunté si no respetaban el Ramadán y me contestaron que estaban enfermos de la garganta, apoyándose en gestos taetrales de dudosa credibilidad... Buenísimo.
En Java el tema es mucho más relajado. La comida se sirve abiertamente y no hay la sensación de que estás comprando speed. Parece que no está tan mal visto no respetarlo.
Antes de que anochezca tanto en Sumatra como en Java los restaurantes preparan abundantes raciones de comida. Al sonido de una sirena se da el vistobueno para poder comer.
Para aquellos que han respetado el Ramadán, es la hora de beber agua y té y comer dátiles y abundantes dulces. Luego rezarán antes de darse el gran festín. En la calle hay jolgorio, vida, hay petardos y fuegos artificiales. Al día siguiente se levantarán a las 2 de la mañana para cocinar ya que a las 4 desayunarán (en Java amanece antes de las 5). Luego algunos se vuelven a meter en la cama y otros se ponen en marcha.
Lo peor de todo son los moecines que desde cada mezquita pasan horas cada día dando sermones retransmitidos por los altavoces. Están hasta las 12 de la noche y a las 2 vuelven a la carga, muchas veces con grabaciones en las que alguien da un discurso que debe ser muy divertido porque se oye las risas de la gente. A veces incluso son niños que apenas saben hablar y que martirizan al personal con sus gritos y balbuceos a todo volumen. Honestamente, para alguien no musulmán o no religioso es una pesadilla. Durante un mes malduermes todos los días, a no ser que tengas la suerte de dormir lejos de alguna mezquita, algo casi imposible.
El final del Ramadán es una gran fiesta en la que es costumbre ir a los pueblos de origen a reunirse con las familias. Tienen unos días festivos para ello. El país se paraliza y hay millones de desplazados. Afortunadamente paso el final de la fiesta en Bali, isla hindú donde el islam apenas tiene influencia.
Algunos dicen que aunque no seas musulmán, el Ramadán es una experiencia que hay que vivir. Lo dirán aquellos que estarán tres días y se marcharán pero a que no lo dicen si se lo comen entero, pedaleando y durmiendo al lado de sus mezquitas?
Por un mundo más libre, VIVA EL ATEISMO
El final del Ramadán es una gran fiesta en la que es costumbre ir a los pueblos de origen a reunirse con las familias. Tienen unos días festivos para ello. El país se paraliza y hay millones de desplazados. Afortunadamente paso el final de la fiesta en Bali, isla hindú donde el islam apenas tiene influencia.
Algunos dicen que aunque no seas musulmán, el Ramadán es una experiencia que hay que vivir. Lo dirán aquellos que estarán tres días y se marcharán pero a que no lo dicen si se lo comen entero, pedaleando y durmiendo al lado de sus mezquitas?
Por un mundo más libre, VIVA EL ATEISMO
Espero que El Altísimo no tenga en cuenta tus blasfemias. Ciclista pecador! Arrepiéntete de tus pecados y ayuna!
ResponderEliminarAyatolah Highlander.